MITMAS TIWANAKU EN COCHABAMBA


 

 

MITMAS TIWANAKU EN LOS VALLES DE COCHABAMBA, LARECAJA, KOLLANA Y KOONI

 

Waldo Villamor Michel  LP-2011

 

 

El estudio que se presenta muestra el desplazamiento de mitmas aymaras procedentes de Tiwanaku, hacia los valles, en procura de productos diferentes a la ecología altiplánica.

El trabajo se basa en documentación de corte colonial correspondiente a los siglos XVI, XVII. y XVIII, analìzados paleográficamente, que permitió aclarar la posible existencia de enclaves desde épocas precolombinas.

This study demonstrates the displacement of Aymara “mitmas”, from Tiwanaku to the valleys, seeking from those available in the highland ecology.

This work is based on colonial documents corresponding to the XVI, XVII and XVIII centuries, analyzed paleographycally’s, which allow us to explain the possible esistence of colonies from, pre-columbian times

Cet article mountre la migration temporelle des mitmas aymaras, originaires de Tiwanaku, jusqu´aux vallees, a la recherche de produits assents de l´ecologie de l´altiplano.

Ce travail se fonde sur une documentation de textes coloniaux du XVI, XVII et XVIII siecle qui correspondent aux analises paleographiques que nous permirent d´eclair la posible existence d´enclaves, depuis les epoques precolombiennes.

 

INTRODUCCION

 

La simple referencia al término Ayllu, como inicial concepción de unidad gentilicia ligada por relaciones de parentesco, o en su defecto, como unidad tradicional de conciencia étnica que identifica un origen común , o ya sea, como interpretación crítica de los hechos, en el sentido cohesionador a través de distancias que a veces cubrían espacios enormes, donde grupos humanos complementarios proclamaban su unidad social y cultural, y en fin, como vínculo lingüístico de nacionalidades que descansaban sobre bases territoriales de uso común, generaban complejos problemas interpretativos, respecto a la existencia de la Jatha y de la Liwa Kallpa, en los sistemas de producción agrícola y sus relaciones de propiedad y tenencia de la tierra, de la misma manera que, la formación de núcleos urbanos como la Sayas – Urin Saya y Anan Saya, daban lugar con su  concurrencia el aglutinamiento de las Markas, como ciudades dispersas con ordenamiento máclico de singularidad precolombina.

Al esclarecimiento de estos problemas interpretativos, es necesario agregar el análisis de de los procesos de desintegración del Ayllu como tal, iniciado durante el período imperial Inka, que impuso la división tripartita de los productos obtenidos de la acción agropecuaria y completada con la introducción por España del feudalismo europeo, que en la práctica ocasionó fatal alteración eb los niveles productivos y cambios distorsionados en las vinculaciones de mercado, distribución y consumo, introduciendo una negativa transformación del papel político y social del indígena y una enajenante diferenciación en los contenidos de las culturas originarias.

Consiguientemente, los movimientos de descolonización e independencia a través de movimientos indígenas, no se dejaron esperar, constituyéndose en un lógico resultado ante los trastornos, tensiones y conflictos creados por las presiones de un sistema colonial español que profundizó el desequilibrio creado por la administración Inka.

El trabajo en cuestión se sitúa cronológicamente en el período conocido como el de los Señoríos Regionales de habla Aymara y la ocupación Inka de los mismos, momento de la vigorosa consolidación del estado de, los Cuatro Suyos, cuya organización perfectamente estructurada disponía de medios y recursos suficientes de sustentación del aparato estatal, mediante la estratégica localización de enclaves o mitmas productivos, los que, posteriormente a la desaparición del centro metropolitano, mantuvieron su tradicional nomenclatura de relación con el epónimo sitio e incluso el nombre de Tiwanaku.

 

 

DESARROLLO

 

 

El señorío Pakasa, cuyos límites geográficos abarcaban las actuales provincias de Pakajes, Aroma, Villarroel, Ingavi y Murillo, dentro del departamento de La Paz, penetraba hasta la cordillera de Pakajes en la provincia de Arica, tenía por capital de señorío a Kakiawiri, lugar donde “solían asistir en él los gobernadores que el Inga tenía de la provincia de los Pacaxes”,  hacia el año 1586 el cronista español Mercado de Peñaloza, anotaba que dentro de la jurisdicción de la mencionada provincia Pakajes, existían cinco repartimientos: Kakingora, Kallapa, Kakiawiri, Machaka y Tiwanaku, señalando a lo largo de la relación, la cantidad de pueblos que conformaban cada uno de los repartimientos antes de fundarse las reducciones (Mercado de Peñaloza 1885:53).

MARKA             AYLLU

KAKIAWIRI         23

KAKINGORA       _

KALLAPA              9

MACHAKA          15

TIWANAKU        10

 

Considerando que al ayllu, como la unidad básica de la estructura político – social del mundo andino, vemos que estos se agrupaban para formar una institución aún más grande la cual se denominaba SAYA, ya sea URIN o ANAN. Cabe remarcar lo postulado por el arqueólogo boliviano Carlos Ponce Sanginés, en cuanto se refiere a las Sayas y que según el autor se remontaría dicha partición dualista a la cultura Tiwanaku (Ponce 1971:35).

Las dos sayas a su vez habrían conformado el pueblo andino o MARKA, considerando razonable que las markas estaban relacionada con la llamada WARANKA, que contenía en su jurisdicción a 1000 tributarios y a su vez los ayllus con la PACHAKA,  equivalente a cien tributarios. ( Ver la definición de Marka en Bertonio 1956: 217).

Estas Markas en términos urbanísticos equivaldrían a la ciudad dispersa máclica, con un núcleo central o capital y “sub sectores  o sub sistemas que se embonan de acuerdo a la distancia” (Mantilla 1978: 3), quedando la posibilidad de que en función de estas markas se organizaron las encomiendas españolas.

Esto explicaría en alguna forma el porque, colonias mitmas de trascendencia pre – hispánica llevan el nombre de Tiwanaku, puesto que si estos enclaves servían como unidades de recurso económico a los Señoríos, es lógico de suponer que los mitmas desplazados de los pakajes, deberían haberse identificado como tales.

 

MITMAS DE TIWANAKU EN EL VALLE DE COCHABAMBA

 

Los enclaves mitma, no solo se limitaban a los valles ubicados dentro o cerca de la jurisdicción de los señoríos, sino que, según relata Mercado de Peñaloza, por ejemplo los Pakasa, tenían:  “ tierras de maíz en los valles de Cochabamba y Cauari y en la costa”, añadiendo que la producción del maíz obtenido, estaba destinado a: “los indios de guerra que iban a la provincia de los Charcas” (Mercado de Peñaloza 1885: 58).

Según el Cronista Cobo, el valle de Cochabamba lo pobló el Inka Wayna Kapaj, con mitmas altiplánicos, el relato es como sigue:

Salio de los Andes, por Cochabamba  y viendo cuan fértiles y abundantes de mantenimiento eran los valles de aquella provincia y que la gente que los habitaba era muy poca, mandó que de los pueblos del Collao, fuesen algunas familias a avecindarse en ellos; y a esta causa son ahora casi todos sus habitantes mitimaes” (Cobo 1964: T. II. P. 89).

A su vez Sarmiento de Gamboa, apuntaba que el Inka Wayna Kapaj, pasó por Charcas y llegando al valle de Cochabamba: hizo cabecera de provincia de mitimaes…por que…la tierra es fértil” (Sarmiento de Gamboa 1972: 50).

De acuerdo con la afirmación de Bernardo Ellefsen, posteriormente estas etnias altiplánicas, como veremos a continuación plantearon a las autoridades coloniales los derechos de propiedad de las tierras que les fueron otorgadas por el Inka (Ver Ellefsen 1979: 15).

El testimonio de 1556 titulado: “Repartimiento de tierras por el Inka Wayna Cápac”, originado por el treparto de tierras a los españoles Juan Polo de Ondegardo y Rodrigo de Orellana, en el valle ded Cochabamba, motivó un proceso judicial seguido por: “ los yndios de Paria y los yndios de este valle de Cochabamba, de las encomiendas del lado de Polo y Ro. De Orellana (Ver Caballero 1977: 19), sacando a la luz uno de los aspectos más curiosos del movimiento de migración del período precolombino en valles alejados de la etnia Pakasa y más aún de la marka de Tiwanaku.

El documento en cuestión se convierte por lo pronto en el más temprano de los que hacen referencia a enclaves Tiwanaku, de origen precolombino en los valles cochabambinos, con motivo de que la producción obtenida fuera concentrada en Paria y posteriormente enviada al Cusco para su posterior distribución (Caballero: 1977:20).

En vconcreto y de acuerdo al mencionado documento los enclaves mitmas de Tiwanaku, en el valle de Cochabamba, ocupaban tierras en la forma siguiente:

En Colchacollo                                              El quinto Suyo

Colchacollo junto al río Rocha               El treceavo Suyo

En Viloma Falda de la sierra                    El quinto Suyo  (Caballero 21,22,24).

“Preguntando que los dichos yndios dónde hazían chacaras, para comer, dixeron que en los altos e baxos de las dichas chacaras” (Caballero 1977:20. Se mantiene la grafía), afirmando los declarantes que la producción se dividía en dos partes, una con destino a la subsistencia de los mitmas – la menos – la otra para el estado – la mayor -.

Los mitmas de Tiwanaku, una vez producida la conquista española, dice el declarante: “venían como los demás al beneficio de este suyo de sus tierras e solo dos mocos – sic –ay dellos y los demás todos se fueron a sus tierras” (Caballero 1977 :21). El despoblamiento fue general, pese a que Matienzo, sugiriera al rey de España, que mandase no se les permita  a los mitma mandados por el Inka, irse a sus pueblos (Matienzo 1967:89). Hecho este común para las colonias mitma asentada en el valle y a su vez  procedentes de etnias diversas, que muestra el fin de un período de mita incaico impuesto por el Inka Wayna Kayaj, pero que en la práctica posiblemente se remontaba a épocas aún más lejanas, puesto que tanto los habitantes de las culturas Chiripa y Tiwanaku, encaminaban sus pasos a los: “valles de la provincia Independencia de Cochabamba para proveerse de la piedra semipreciosa azul de sodalita” (Ponce 1967:6).

Los mencionados ayllus de mitmas de Tiwanaku, ocuparían en la actualidad espacio físico dentro del actual departamento de Cochabamba, en la provincia Quillacollo jurisdicción de la Segunda Sección Sipe Sipe.

 

MITMAS DE TIWANAKU EN LOS VALLES DE LARECAJA

 

Otro de los valles donde se establecieron colonias mitma del señorío Pakasa, y en particular de la Marka Tiwanaku, fueron los valles de Larecaja, situados en el Estado de Bolivia, al Norte del actual departamento de La Paz, encontrándose en la relación de la ciudad de La Paz, del año 1586, la siguiente mención de estos: “hacia la parte del poniente, veinte y cinco o treinta leguas desta ciudad, hay otros valles no tan calientes que se llaman Larecaxa y Ambaná, en las cuales hay muchas heredades en que se siembra trigo y maíz. (Cabeza de Vaca 1885:67).

Al respecto Thierry Saignes, sostiene que los valles del Kopani y Llika, se encontraban bajo el control de unidades mitma de: “cuatro señoríos aymaras de la cuenca del Titikaka: los Omasuyus, Pacaxes, Lupaca y Colla”.

Para 1658 se tiene un documento  de restitución de tierras correspondiente a la Visita de Jerónimo Luís de Cabrera, el que trata del juicio de tierras seguido por Vicente Condori, cacique por ese entonces del repartimiento de Tiwanaku, contra Julio Cornejo, por: “restitución del pedazo de chacara y tierras llamadas Lugripampa” (ALP 1658: 1R), propiedad el ayllu mitma Tiwanaku reducidos en los valles de Sorata, provincia Larecaja.

De acuerdo a la versión original damos a continuación un resumen del contenido del documento, presentado durante la visita efectuada por el: “Juez Visitador de Remedida, venta y Composición de Tierras y Desagravio de Indios”, Don. Luís de Cabrera, ante quien reclamó por las tierras de Lugripampa y otras dos de nombre Yanarini y Locropata, Don Julio Cornejo, quien pedían se les devuelvan los títulos originales, se los declare: “buenos y legítimos” y se traslade a los caciques y mitmas: “que pudieran ser amigos de la parcialidad en cuyo distrito caen dichas tierras” (ALP 1658: 1-V Lugripampa que era…).

Ante notificación del Juez Visitador, se presentaron Vicente Condori, cacique del repartimiento de Tiwanaku; Diego Callo, Antonio Cunja, Pedro Casa, Julio Chinche, Joseph Halanoca y Pablo Nina Choque, principales del: “Ayllu Tiaguanaco mitima reducido en este pueblo” – Sorata -. Quienes alegaron que Lugripampa y otros les pertenecía y que habían sido despojados de los mismos en la visita pasada. Pidiendo a su vez que se les restituya: “por no tener los basamentos para su sustento, mujer e hijos y familia y paga de tributos en que están tasados” (ALP 1658: 1-V).

Hechas las diligencias respectivas Luís de Cabrera, sentenció se: “deje libre y desembarazadas estas tierras y guerta para que las posean dichos indios y no los inquieten en dicha posesión ni otra persona deba de dicha pena, con que se dio fin a esta diligencia” (ALP 1658: 4-V Lugripampa que era…).

Constituyéndose este documento en un hecho inegable de la existencia de mitmas de la encomienda de Tiwanaku, en los valles de Larecaja, con tierras sujetas al centro de poder ubicado en pleno altiplano y que fungía como tal durante la colonia, esto último lo demuestra en forma inobjetable el hecho de que el propio cacique de Tiwanaku, fue quien planteara el reclamo ante las autoridades españolas.

El documento en cuestión es contemporáneo al que lleva por título: “Diligencias del repartimiento de Tiaguanaco del tercio de Navidad de 1657”, cuyo texto mostraba al citado repartimiento, prácticamente despoblado con apenas cuarenta y cinco habitantes y una carga impositiva del órden de los: “ 3.362 y fracción de pesos ensayados” (Ponce  1975: 15). A decir del cacique principal Martín Paccipati, tanto su persona como el repartimiento se encontraba: “disipado y quebrado” (Ponce 1974:21).                                                      .

La crisis económica por la que atravesaba Tiwanaku, motivo las visitas de sus caciques a los ayllus mitmas que tenía el repartimiento en los valles con el fin de recoger la producción de los mismos y así cubrir el tributo impuesto por el conquistador español. Al respecto un documento de juicio de tierras del año 1659, procedente del Archivo de La Paz ALP, trata de la intervención del cacique Martín Paccipati, en defensa de las tierras del ayllu Tiwanaku, reducido en el pueblo de Sorata, el cacique Paccipati, de acuerdo con el documento habría estado en los valles de Larecaja, recorriendo ayllu por ayllu de los mitmas, a fin de recoger el tributo de los mismos.

Es importante mencionar que el historiador Roberto Choque, encontró una notable contradicción en torno al cacique Martín Paccipati, puesto que si bien de acuerdo al documento fechado el año 1657, el mencionado cacique se encontraba pobre en extremo, en cambio Choque, ubicó documentos que muestran al cacique, propietario de haciendas en los Yungas, tanto en Guancané como en Chulumani (Roberto Choque comunicación personal).

A su vez se tiene la visita a Larecaja del año 1683, durante la cual se levantó un empadronamiento de la población mitma de Tiwanaku reducida en el pueblo de Sorata. Resultado del cual se desprende que en el dicho ayllu mitma de Tiwanaku, la población se componía de seis familias, cuatro de ellas con hijos menores de cuatro años; una población tributaria de seis (6) varones adultos comprendidos entre los dieciocho y cincuenta (18 – 50) años, con un total de población de dieciocho (18) personas (Archivo microfílmico INAR. Colección de padrones coloniales del pueblo de Sorata – 1683 -).

Conviene subrayar que los apellidos que aparecen en el padrón de 1683, son diferentes a los anotados en el documento de restitución de tierras del año 1658, donde se menciona a los principales del ayllu mitma de Tiwanaku, lo cual muestra un marcado desplazamiento de la población del altiplano a los valles y viceversa, en un momento dado o en forma paulatina.

MITMAS DE TIWANAKU EN LOS VALLES DE KOLLANA Y KOONI

 

Por último hacemos mención a una serie de empadronamientos levantados por las autoridades españolas entre los años 1772 – 1789 de mitmas radicados en los valles de Kollana y Koani, actualmente jurisdicción de la provincia Murillo, del departamento de La Paz. (Archivo microfílmico del INAR, colección de padrones de indios de Larecaja 1772 – 1780).

Damos a continuación un breve resumen de su contenido, indicando que fueron levantados con fines de tributo, correspondientes a los tercios de Navidad y San Juan, cobrados en los meses de diciembre y junio respectivamente. La tributación a la corona española estaba marcada en nuebe pesos un real y medio anuales.

En cuanto a la población tributaria la misma se muestra pequeña, apenas entre nuebe y diez originarios para Kollana y más grande para Kooni que empadronó veinte y uno tributarios. Notase en los documentos que hubo movimiento poblacional, por cuanto los apellidos de los mencionados originarios cambian en parte de un padrón a otro. Manteniendo siempre el mismo número de familias a través del tiempo. No hay indicios para poder determinar si estas poblaciones sean de origen colonial o prehispánica. La existencia de estos ayllus de nombre Tiwanaku, se mantiene hasta la fecha, vale decir 2011,  trabajos realizados en diferentes años en la zona de estudio por Jean Vellard y José Huidobro (1987) lo confirmaron así.

En síntesis para el caso de Tiwanaku por ejemplo,  se puede afirmar: la existencia de colonias mitmas en diferentes valles, unos alejados y otros cerca de sus Markas de origen.

Que dichas colonias mitmas no estaban densamente pobladas y que la mayoría de estos mitmas eran de origen precolombino, para el caso de los valles de Cochabamba.

Por último cabe remarcar que que en la actualidad existe aún en Kooni, un fundo rústico denominados Tiwanaku, con población de habla aymara. Lo que muestra una supervivencia poco frecuente, con una población que no mantiene nexo alguno con la población que la originó.

 

BIBLIOGRAFIA

 

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