FORTALEZA PAN DE AZUCAR


Rescatando el Patrimonio Militar

 

LA FORTALEZA MILITAR DE “PAN DE AZUCAR”

 

 

Cnl. DAEN. Julio Cesar Maldonado Leoni

 

 

 

Esta fortaleza militar precolonial se halla ubicada muy próxima a la población de Viacha en la ciudad de La Paz. No existe la menor foto1-julio-cesar-maldonado-leoni31duda que dicha estructura en tiempos prepizarrinos constituyó una estructura piramidal militar y ritual, tal vez emulando a la gran  pirámide  de Akapana en la capital del gran imperio de Tihuanaku y que con el transcurso de los siglos,  el año 1841  adquirió ribetes de aplicación estratégica en la conocida Batalla de Ingavi donde se enfrentaron los ejércitos del Mariscal peruano Don Agustín Gamarra y del Mariscal boliviano José Ballivián y Segurola. A decir del Dr. Marcelo Ardúz Ruiz, Ministro Consejero de la Cancillería del Estado Plurinacional de Bolivia, la estructura precolombina de la añeja pirámide de Viacha, o también  conocida como la colina piramidal “Pan de Azúcar”, propuesta hoy como la única fortaleza militar como patrimonio tangible, es similar a la forma de la estructura arquitectónica del conocido fuerte “Real Felipe” que se halla ubicado en el puerto del Callao en Lima, Perú, con la diferencia que la primera data del Imperio Tihuanacota y la segunda, la de Lima, al período colonial.

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Volviendo a la época precolombina, diremos que esta estructura corresponde a la gran civilización de Tihuanaku, ello aseverado por los fragmentos de alfarería recolectados en el sitio arqueológico.

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La importancia de la fortaleza militar “Pan de Azúcar” se percibe a través de leyendas y mitos. Así recogimos un importante testimonio del libro del Dr. Gregorio Loza Balsa, médico y antropólogo, titulado “Astronomía y Calendario Aymara” que a la letra dice: “En castigo al orgullo y negativa de darle riquezas (al dios Sol), éste decide cortarle la  cabeza a esa montaña, el Willka toma la honda (…) coloca una piedra de oro (…) y parado en el puente (…) lanza el proyectil y le corta la cabeza, ésta es el nevado Sajama, cuya sangre aún hierve (se trata de un volcán), la montaña original se llama Mururata. Cortada la cabeza, el corazón cae en medio de la planicie en una línea recta entre el Mururata y el Sajama y en la actualidad se conoce como PAN DE AZUCAR, los órganos internos son desparramados, así existe la serranía de Llokko Lloko entre Tambillo y Tihuanaku”[1].

Este hermoso mito nos demuestra la importancia de la colina piramidal. Es por ello que allí se habría construido la pirámide ritual que a decir del arqueólogo José Huidobro Bellido, la estructura piramidal es la representación de la MONTAÑA SAGRADA. El famoso arqueólogo boliviano, Dr. Carlos Ponce Sanjinés, decía al respecto: “Huidobro a puntualizado que en Tiwanaku, la pirámide de Akapana (y todas las pirámides del área andina) representaba la montaña sagrada y que ligaba el plano celestial, el terrenal y el subterráneo de acuerdo a la antigua cosmovisión”[2]. Por otro lado, en la colina piramidal “Pan de azúcar” nítidamente se aprecia la representación del pentágono como se puede observar a través de fotografías satelitales, lo que demuestra la calidad de fortaleza militar, además de ser una colina de prácticas rituales.

Y ello no es novedad pues el número cinco o el pentágono era uno de los números sagrados de las antiguas culturas andinas, el cual representa a los cuatro elementos: tierra, agua, aire, fuego y el quinto, al elemento psíquico-espiritual, ya que dentro de la cosmovisión andina lo físico siempre va unido a lo espiritual, es por ello que dentro de su iconografía alfarera o textil abunda mucho la representación de tres círculos concéntricos que corresponden a los tres mundos: físico, psíquico y espiritual. Círculos que se pueden apreciar también en la fotografía satelital de esta fortaleza militar.

Carlos Terrazas Orellana, gran investigador del pasado andino, quien radica en la ciudad Luz, Paris, opinaba respecto a “Pan de Azúcar”: “Desde la cúspide o mirador de la colina se puede observar, perfectamente, la arquitectura del sitio arqueológico; se presenta como un fuerte militar con un observatorio, sin par, de toda la región aledaña, una planicie altiplánica  en forma de mesa de billar. En el horizonte se divisan las montañas mas cercanas, las comunidades dispersas, los campos de cultivo, una infinidad de lagunas naturales pobladas de flora y fauna locales, como los totorales, patos y aves de rapiña, así como también la majestuosa cordillera de los Andes Occidentales, donde el Illampu nos brinda una visión panorámica sin igual. El torreón y las construcciones líticas que entornan el sitio arqueológico son perfectamente visibles y accesibles. Sus formas geométricas están diseñadas con mucha precisión. Desde una imagen satelital se puede observar perfectamente el conjunto de la construcción”[3] .

“Pan de Azúcar”, como única fortaleza militar, cuya reconstrucción fue encomendada al Ing. Felipe Bertres por el Mariscal Ballivian, ante una posible agresión, después de la derrota peruana en la histórica victoria del Ejercito Boliviano en la Batalla de Ingavi, debe ser celosamente conservada y protegida por su importancia militar, arqueológica y religiosa, particularmente por ser la única fortaleza militar como fiel testimonio del patrimonio del Estado Plurinacional de Bolivia.

 

 

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[1] Gregorio Loza; Astronomía y Calendario Aymara; Museo Nacional de Etnografía y Folklore; La Paz; 1995

[2] Carlos Ponce Sanjinés; Tihuanacu: 200 años de investigaciones arqueológicas; Producciones CIMA; Segunda edición; La Paz; 1999.

[3] Carlos Terrazas Orellana; La colina piramidal “Pan de Azúcar”; matutino El Diario; 22 de febrero de 2008; Pag. 2; La Paz.

 

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